jueves, 16 de noviembre de 2017

Por qué me gusta la noche




Por qué me gusta la noche


Ya no tengo miedo a la oscuridad.

Miro con las luces encendidas y las apago 
una a una sin temor.

Mi respiración me mece hasta el sueño
y me dejo caer en la calma, aferrada a lo que soy:

fuerte y débil, el mejor ejemplo de persona
a la que debo cuidar. 


Sin mí la noche fue larga.


Conmigo recupero el aliento y vuelo hacia donde 
mis manos agarran la vida con determinación.


Me doy cuenta de que estos días no son casuales.


La noche trae el día renovado.
Yo no soy nada sin los dos.

Noche y día me pertenecen como tesoros
descubiertos con un valor infinito.

Quién soy yo para negarme nada.

Yo soy la que me doy. Me quiero dándome.

No voy a permitir más túneles de horror
ni angustias pegajosas. 

Estuvo bien porque fui yo quien los creó. 

Y ahora he comprendido para qué sirve 
todo este complejo mundo de mensajes.


Ya sé qué me dice La Noche.


Descifrada se me aparece 
y la miro a la cara. Ya no me escondo.
Ella me sonríe y tranquila se acomoda. 


Si 
soy yo la que crea, 
soy yo la que puede,
Soy yo la que vence.


Nunca olvidar 
esto.